La sepsis, definida como una respuesta inmune desregulada a una infección que conduce a una disfunción orgánica aguda, afecta a millones de personas por año y conlleva un alto riesgo de muerte incluso cuando se brinda atención de inmediato.
Aunque la comprensión de la respuesta inmune del huésped sí ha avanzado considerablemente, no se ha traducido en nuevas terapias. Una barrera importante para el progreso es la definición demasiado amplia del síndrome, que abarca una amplia gama multidimensional de características clínicas y biológicas.
Naturalmente, diferentes combinaciones de estas características pueden agruparse en subconjuntos o fenotipos no descritos previamente que pueden tener diferentes riesgos para un mal resultado y pueden responder de manera diferente a los tratamientos.
Sin embargo, los esfuerzos para determinar tales fenotipos han permanecido limitados y se han centrado principalmente en los pacientes en la unidad de cuidados intensivos. Además, estos fenotipos deben ser identificables en o poco después de la presentación en el hospital para guiar el tratamiento.