Científicos crean sangre artificial compatible con cualquier grupo sanguíneo


El futuro de las transfusiones de sangre y la eliminación del problema de incompatibilidad parece haber llegado con el desarrollo de una sangre artificial que podría servir para cualquier paciente.

Investigadores japoneses probaron esta sangre en conejos y esperan que en humanos obtenga los mismos buenos resultados y poder así mejorar las posibilidades de supervivencia en casos de accidentes de tránsito o atentados terroristas con muchas víctimas.

Los tipos de sangre que existen son la razón por la que las transfusiones necesarias debido a un accidente o cirugía limitantes, pues es peligroso no recibir la sangre compatible con tu respectivo grupo sanguíneo por la denominada incompatibilidad ABO.

¿En qué consiste esta incompatibilidad? Resulta que los diferentes tipos de sangre (A, B, AB y O son los 4 principales) se basan en pequeñas sustancias o moléculas en la superficie de las células sanguíneas de una persona, diferenciándolas de las células de otra persona.

Reponer la sangre que se usa de los bancos de hospitales y clínicas nunca es una tarea sencilla. Los pedidos de dadores de sangre circulan por redes sociales o grupos de whatsapp cada vez que alguien cercano tiene un familiar o conocido internado.

Todo eso podría quedar en el pasado si la investigación realizada por científicos japoneses en conejos dé los mismos resultados en humanos.

Ocurre que investigadores japoneses del Colegio Médico de Defensa Nacional crearon sangre artificial que podría usarse en cualquier paciente -independientemente de su tipo de sangre- y así mejorar enormemente las posibilidades de supervivencia de las personas gravemente heridas.

Es que no todas las personas tienen el mismo tipo de sangre y eso es limitante a la hora de recibir transfusiones ya que los bancos de sangre deben de tener reservas de todas.

En el estudio publicado en en la revista médica estadounidense Transfusion, detallaron que la sangre artificial consiste en plaquetas y glóbulos rojos que pueden ser almacenados de forma segura a temperatura ambiente durante más de un año.

La sangre creada se probó en diez conejos con hemorragia masiva inducida por trauma y seis de ellos sobrevivieron, una proporción similar a la que se obtuvo tratando a conejos con sangre real. Además, no se informaron efectos secundarios negativos. Aunque todavía faltan los ensayos en humanos.

De pasarlos, podría ser extremadamente útil para tratar a los pacientes antes de que lleguen al hospital, ya que no sería necesario confirmar su tipo de sangre para transfusiones; y su disponibilidad sería mucho mayor a la actual proveniente de donantes.

“La sangre artificial podrá salvar la vida de personas que de otra manera no podrían salvarse”, dijo a Asahi Manabu Kinoshita, profesor asociado de inmunología en el Colegio Médico de Defensa Nacional y coautor del artículo, quien enfatizó que “es difícil almacenar una cantidad suficiente de sangre para transfusiones en regiones como islas remotas”.

La sangre tiene varios factores que impiden o permiten que una sangre sea compatible con otra. Por un lado, tenemos el grupo sanguíneo (A, B, AB y 0) y, por otro, el factor D, que es el que denomina Rhesus o Rh, que puede ser positivo o negativo.

En el caso del grupo sanguíneo, es importante debido a que la sangre contiene anticuerpos que reaccionan contra la sangre que es de un tipo distinto por lleva antígenos extraños, es decir, porque lleva antígenos no compatibles con ese grupo. Por ejemplo, si a una persona del grupo A le hacen una transfusión de sangre del grupo B, el cuerpo reaccionaría contra esta sangre porque son de un tipo distinto. Sin embargo, si a una persona del grupo AB se le inyecta sangre del grupo A o B, no reacciona ya que lo lee como si fuera la misma debido a que el cuerpo reconoce ambos tipos de sangre. En el caso de la sangre 0, no tiene antígenos que reaccionen, por lo que puede hacerse una transfusión de esta sangre a casi cualquier persona, que sea compatible va a depender del cuarto factor, más conocido como factor D o Rhesus.

Hasta ahora, esta diferencia en los grupos sanguíneos podía convertirse en un gran escollo, sobre todo cuando hay necesidades de hacer muchas transfusiones de sangre en muy poco tiempo, como ocurre cuando hay un accidente múltiple de tránsito o un atentado terrorista con muchas víctimas. Por eso, la noticia supone una alegría ya que no solo “puede ser transfundida a pacientes independientemente de su tipo de sangre” sino que, también, “puede mejorar enormemente las posibilidades de supervivencia de las personas gravemente heridas”, según señalaron en el estudio.